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31 jul 2010

NUEVA IMPOSICIÓN DE FÉLIX GONZÁLEZ CANTO, AHORA PARA TAPAR SUS RATERÍAS


CANCÚN, 1 de agosto 2010.
CONSTE!
FÉLIX TAPA SUS RATERÍAS

+ Impone a uno de sus empleados en el Instituto de Transparencia
+ El “dedazo” para José Orlando, para que el pueblo no se entere de nada
+ A controlar también el Consejo de la Judicatura y el Congreso

Por CARLOS CANTÓN ZETINA*
carlos_cantonz@hotmail.com

Pisoteando leyes y utilizando como cómplices a su primo el diputado Luis González Flores, y al resto del rebaño priísta en el Congreso, el virrey Félix González Canto impuso a su ex secretario particular como presidente del Instituto de Transparencia y Acceso a la Información Pública de Quintana Roo (Itaip). Es para impedir que los ciudadanos se enteren de sus muchas corruptelas. Es su política oprobiosa de opacidad.
En rigor, ese nuevo “dedazo” forma parte de una maquiavélica estrategia del gobernador para cubrirse las espaldas. Ya ha realizado otras maniobras para seguir controlando el Consejo de la Judicatura, igual que lo hizo su maestro, el nefasto Joaquín Hendricks Díaz.
Algo tendrá que decir sobre estas imposiciones el mandatario electo Roberto Borge Angulo. ¿O callará y con ello se volverá cómplice?.
¡Y vaya que González Félix ha sabido recompensar al Poder Judicial: este año le asignó un presupuesto de 266.3 millones de pesos!. (Al Poder Legislativo, 325.7 millones, una cantidad superior).
Para el ineficaz y manipulado Instituto de “Transparencia”, el gobernador le ha ido aumentado el presupuesto año con caño. En este 2010 son 22 millones de pesos.
Con el apresurado “dedazo” a favor de José Orlando Espinosa Rodríguez --cozumeleño como su patrón Félix--, el aún mandatario estatal asesta una estocada mortal a la transparencia en la administración pública, sobre todo. Mañosamente tapa los “huecos” que dejará cuando ya no sea gobernador. Es, también, un duro golpe a la vida democrática quintanarroense, ¡otro más!.
Es evidente que la intención del gobernador al colocar a uno de sus incondicionales en el Itaip --cargo que dura ¡seis años!--, es poner todas las trabas posibles para la entrega de información al pueblo, principalmente de áreas de suma relevancia que tienen que ver con dependencias estatales que manejan millones de pesos sin claridad, o que son las encargadas de la planificación sobre la tierra.
Espinosa Rodríguez fue su secretario particular al inicio del sexenio --en 2005-- y hasta hace unos días fungía como Magistrado Unitario para Adolescentes, en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), cargo en el que fue también impuesto por González Canto en noviembre de 2006.
La ley lo imposibilita para ser titular del Itaip, pero eso le importó un comino al señor gobernador.
El artículo 43, fracción X, de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del estado --expedida el 31 de mayo de 2004-- establece los motivos por los que un ciudadano no puede ocupar la presidencia del instituto:
“No haber sido gobernador, secretario de despacho, Procurador de Justicia, Subsecretario, Director General en la Administración pública estatal, diputado local, miembro de ayuntamiento y titular de los órganos de la administración municipal, Magistrado del Tribunal Superior de Justicia, Magistrado del Tribunal Electoral de Quintana Roo o integrante del Consejo General del Instituto Electoral del estado en los 5 años anteriores a su designación”.
Haber sido secretario particular de González Canto le confirió a Espinosa Rodríguez la calidad de Secretario de despacho, y es claro que entró en la categoría de Magistrado del Tribunal Superior de Justicia al haberse desempeñado como magistrado para adolescentes, de noviembre de 2006 a la fecha.
Es flagrante la violación a la ley pero también a la propia convocatoria emitida por El Primer Primo del Estado, el supermillonario arquitecto González Flores.
Además, ni siquiera se guardaron las formas. La convocatoria para elegir al nuevo presidente del Itaip, en sustitución de Iván Hoyos Peraza --cuyo periodo concluyó el pasado 29 de julio--, la emitió la Cámara de Diputados apenas el 15 de julio. Y para el jueves 29, ya el arroz se había cocido. Para dar imagen de “democracia” se inscribió otro abogado, Carlos Caporal López, quien sólo recibió un voto, mientras que su “contrincante” obtuvo los seis restantes. Fue sólo para “taparle el ojo al macho”.
El nuevo acto autoritario del gobernador González Canto, con el aval de un Congreso siempre arrodillado ante él, impedirá a los quintanarroenses tener acceso --por ejemplo-- al desaseado manejo de las finanzas estatales durante los últimos cinco años.
Sí, el gobernador ha secuestrado la transparencia… ¡a su favor, claro!.
La imposición de su empleado Espinosa Rodríguez dejará impune los latrocinios de don Félix, porque seguramente su sucesor y correligionario Borge Angulo no moverá un dedo para que en el Itaip o en el Congreso --que tendrá mayoría del PRI-- se investigue al ahora gobernador.
Desde su creación, el Itaip ha sido objeto de cuestionamientos por irregularidades y opacidad, lo mismo por los dispendios de recursos públicos que involucraron a su primer consejero presidente, Carlos Bazán Castro, que la resistencia y abierta negativa de su sucesor, Iván Hoyos Peraza, para presionar la entrega de información de las diferentes dependencias del gobierno estatal, especialmente las relacionadas con el Ejecutivo.
El periodista Hugo Martoccia describió con suma contundencia los reales propósitos del gobernador: “el nombramiento le garantiza (a González Canto) por ejemplo, que nunca se conocerán los manejos en dependencias como el Instituto de Patrimonio estatal (IPAE) o de esa extraordinaria caja chica llamada VIP Saesa, una empresa de aviación con participación del estado, cuyos balances son el secreto mejor guardado del Caribe”.
Agregó:
“En realidad, le garantiza muchas cosas más, pero principalmente va cerrando un círculo perfecto para cubrir su retirada del poder dentro de ocho meses. Félix González Canto ya metió a sus incondicionales en el Consejo de la Judicatura, y meses atrás reorganizó el equilibrio de fuerzas dentro del Tribunal Superior de Justicia del estado (TSJ), que se prepara para el relevo de su presidenta Lizbeth Song Encalada el próximo año. El gobernador vuelve a demostrar que su forma de ejercer la política está basada en los manuales del priísmo de antaño”.
También, Martoccia se refirió a la “fallida transparencia” en tiempos de don Félix:
“Desde su creación, el Itaip ha sido un organismo muy polémico y resistido. La Ley de Transparencia estatal nunca dejó conformes a los organismos nacionales que promueven la apertura de la información pública, y sus consejeros presidentes han estado rodeados de escándalos por sobresueldos y otras lindezas. Pero la imposición de José Orlando Espinosa Rodríguez fue un paso más allá (…) su curriculum lo dice todo: ha sido secretario del gobernador desde su época en Cozumel hasta sus primeros años como mandatario, fue ‘asesor integrante de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión” cuando González Canto era diputado federal, y de allí pasó, en 2006, a ser Magistrado Unitario para Adolescentes…”
Y dio detalles de la estrategia de Félix para que no le vayan a sacar sus trapos sucios:
“Además, el Itaip era uno de los últimos eslabones de la cadena de acomodos que debe hacer Félix González para entregar el gobierno con absoluta tranquilidad. La parte más visible de esa preparación para la salida fue garantizar el triunfo de su delfín Roberto Borge como candidato a gobernador, y lograr una mayoría en el próximo Congreso, para que sus Cuentas Públicas pasen sin ser revisadas, como es costumbre de los gobernadores del PRI. El tejido más fino lo hizo desde el año pasado, cuando se reestructuró el TSJ. Allí el gobernador sostuvo su pacto con la Magistrada Presidenta, Lizbeth Song Encalada. Le limpió el camino quitanto del TSJ a dos magistrados díscolos: Ariel Martínez Carrillo y José Carlos Cortés Mugártegui, y ratificó a Norma Loría y José Manuel Ávila Fernández, todo por medio de sus diputados. Meses después acordó que se nombre a Fidel Villanueva Rivero, Antonio León Ruiz (ex secretario particular de Lizbeth Song), y Gaspar Armando García Torres, como Magistrados numerarios. Casi a la misma vez, ratificó el control total sobre el Consejo de la Judicatura, al ordenar al Congreso los nombramientos de su ex asesor jurídico, Gastón Alegre, y de la priísta Marisol Balado. El proceso es muy parecido al que realizó en sus últimos meses el ex gobernador Joaquín Hendricks. El ex mandatario, un año antes de dejar el poder, presionó para nombrar a cuatro magistrados afines en el TSJ, y también a dos integrantes del Consejpo de la Judicatura. Además, consiguió un crédito de casi mil 500 millones de pesos, nombró al Auditor Superior del Estado y refinanció la deuda estatal. Si nos ajustamos a la historia reciente de uno de sus mentores políticos, podríamos decir que el gobernador Félix González aún nos va a dar algunas sorpresas antes de dejar el poder”.
¡Y DON FÉLIX TUMBA A ALEJANDRO!.- Con la “ayuda” de otro organismo supuestamente autónomo como el Itaip, pero igual de sumiso en la realidad, el Tribunal Electoral del estado de Quintana Roo (Teqroo), Félix González Canto consumó otro acto autoritario, también como parte de su truculento juego para cubrirse las espaldas. Despojó de su triunfo como candidato a diputado local a Alejandro Luna López, el único opositor que ganó un distrito --el XII-- de Cancún. Por sólo ¡dos votos! de diferencia, el corrupto tribunal decretó como ganador al viejo priísta Carlos Cardín Pérez, ex alcalde interino y ligado a Mario Villanueva Madrid. La voluntad popular expresada el 4 de julio ¡simplemente valió gorro!. Lo que el gobernador quiere es que sólo el PRI, su partido, mande en el Congreso los próximos tres años. Porque otra diputación ganada por la oposición (el PAN, en específico), la del distrito 06 del municipio maya de José María Morelos, el Teqroo decidió dársela al priísta Juan Carlos Parra López, “casualmente” hermano del Secretario de Desarrollo Agropecuario de Félix, Germán Parra López. ¡Cuántas atrocidades!...
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*Carlos Cantón Zetina es un periodista tabasqueño con una vasta trayectoria profesional de 45 años. Fue reportero y Jefe de Información del diario Excélsior y director general de las revistas de circulación nacional Quehacer Político, Polémica y Huellas.

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